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CHINA SERÁ UN GIGANTE EN SUS JUEGOS OLÍMPICOS

Dijo Napoleón: "Dejad dormir a China, porque cuando despierte, el mundo temblará". Palabras proféticas las del corso. Porque el gigante asiático ya ha abierto los ojos y el mundo se estremece. En los Juegos de Pekín 2008, China quiere dar el Gran Salto Adelante (terminología maoísta), auparse a la cima del medallero, dejar atrás a Estados Unidos, al que quiere suceder en la hegemonía mundial... y no sólo en el deporte, por cierto. Precisamente ayer, el presidente del COI dijo que los Juegos serán "una buena oportunidad para que China evolucione".

Los chinos ya estuvieron muy cerca de tocar el cielo en Atenas 2004, en los que se quedaron a tres medallas de oro de Estados Unidos (35 por 32), el baremo que rige el medallero. Desde entonces han intensificado su preparación para desbancar a los norteamericanos. Y no escatiman en medios, de todo tipo.

Por ejemplo, en un país que hasta hace nada se proclamaba comunista, se permitía el enriquecimiento de sus grandes estrellas deportivas. Esas estrellas son, sobre todas las demás, el atleta Liu Xiang, oro olímpico en Atenas y plusmarquista mundial de 110 metros vallas, y el baloncestista Yao Ming, pívot de los Rockets. El primero se embolsa alrededor de cinco millones de euros anuales, cifra altísima para un atleta, que proviene de las ayudas oficiales de su país, del contrato con Nike y con múltiples empresas multinacionales y de los fijos por carrera, sobre todo en el circuito europeo. Su paisano Yao Ming (ambos son de Shanghai), es todavía más multimillonario: su salario de los Rockets es de 9,2 millones de dólares, que aumentarán progresivamente hasta llegar a los 13 millones en 2010. Y sin contar sus múltiples contratos publicitarios.

Desde Los Ángeles.

La progresión del deporte chino es imparable. En Los Ángeles 1984, en su primera actuación olímpica tras la Segunda Guerra Mundial, ganó 32 medallas, beneficiada por el boicot del bloque comunista, que no secundó, ya enfrentada con la Unión Soviética, la promotora del fortfait; en Seúl 1988 logró 28; en Barcelona 1992 ascendió a 54; en Atlanta 1996 bajó a 50, afectada por los escándalos de dopaje de nadadores y atletas; en Sydney 2000 llegó a 59, y en Atenas 2004 batió su récord, con 63 metales.

Liu Xiang y Yao Ming serán las cabezas visibles del poder de China en 2008, que se asienta en múltiples especialidades, porque en los Juegos atenienses sus deportistas subieron al podio en 18 modalidades distintas, tanto en la categoría masculina como en la femenina. Lo que no tiene remedio es el fútbol: "Es una pena que entre 1.300 millones de personas no encontremos a once que sepan jugar", se lamenta una estudiante china de español que será voluntaria durante los Juegos.

Fuente: as.com