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Un tal Alan Webb...

(por Juanma Botella, foro profesional - elatleta.com)

El norteamericano Alan Webb (13.01.1983) es uno de los atletas más conocidos de Estados Unidos a pesar de que, paradójicamente, jamás ha ganado ninguna medalla en competición internacional. Su triunfo el pasado viernes en los 1.500 metros de la Golden League de París (3:30.54) le situado como líder de una joven generación de mediofondistas USA que componen, entre otros, Ryan Hall (nacido en 1982, 2:08:24 en maratón y 59:43 en media), Galen Rupp (nacido en 1986, 27:33.48 en 10.000) y Matthew Tegenkamp (nacido en 1982, 13:04.90 en 5.000).

Webb es un corredor versátil, capaz de defenderse entre los 800 y los 10.000 metros, e imbuido de la filosofía de un país que, si bien adolece en los últimos tiempos de estrellas autóctonas en el fondo y en el mediofondo -Lagat o Keflezighi se importaron-, proporcionó entre 1960 y 1980 a algunos de los corredores de largo aliento con más carisma de la historia del atletismo: Steve Prefontaine, Jim Ryun, Frank Shorter y Dave Wottle.

El entrenador de Webb, Scott Raczko, le descubrió en verano de 1997 trabajando en un almacén de zapatos, y le convenció para correr. En 1999 ya corría la milla en 4:06, pero aún no estaba encasillado en ninguna especialidad. En primavera de 2001, por ejemplo, corrió una posta de 4x400 metros en 47.4 con el equipo de su escuela, y los 800 en 1:47.74, lo que, sin ser deslumbrante en los tiempos que vivimos, no está mal para un corredor de 18 abriles.

Pero su gran salto al estrellato llegó el 27 de mayo de 2001 en Eugene, cuando trituró en casi dos segundos el récord de Jim Ryun para atletas de la High School (algo así como júniors de primer año) con 3:53.43. Nada menos que 36 años había resistido esta plusmarca, hasta que Webb, con una última vuelta en 55.3, inauguró una nueva era:

http://es.youtube.com/watch?v=NF4_V6bOkk4

Este logro le abrió las puertas de la fama de un modo tan prematuro como agobiante. Manda el sabio Catón decir la verdad, y la verdad es que hay muchos atletas kenianos capaces de correr en esas marcas a los 18 años. Pero no lo valoramos. En Estados Unidos, sí, y además, allí aburren las proezas de los velocistas, y conmueven las historias de fondistas. Webb apareció en la portada de numerosas publicaciones de información general, y fue invitado, incluso, al show nocturno de Dave Letterman, un famoso comunicador norteamericano, algo así como el Javier Sardá del otro lado del charco.

Lagat, con 3:26.34 en 1.500 metros, probablemente jamás será invitado a ese programa:

http://es.youtube.com/watch?v=ouv3sM60aaE

Tanta vida social pasó factura. En 2002, Webb se lesionó de gravedad en el tedón de Aquiles derecho, aunque salvó la campaña al correr los 1.500 metros en 3:41.43.

En 2003 ganó los campeonatos nacionales de cross, pero en verano, una vez más con problemas en el tendón, tuvo una campaña gris que apenas le permitió acreditar 3:58 en la milla.

En 2004 mejoró ostensiblemente. Actualizó todas sus marcas: 1:46.53 (800) 3:32.73 (1.500), 3:50.83 (milla), e incluso 13:46.31 (5.000 metros), pero tras vencer en los trials USA, se presentó pasado de rosca en los Juegos Olímpicos de Atenas, y quedó noveno en su serie. El niño prodigio se estrellaba contra la realidad, y volvía a casa en primera ronda.

Sin embargo, siguió progresando en 2005, hasta el punto de que mejoró algunos de sus récords personales: 3:32.52 (1.500), 3:48.92 (milla), 7:39.28 (3.000) y 13:10.86 (5.000). En el mes de agosto se presentó en el Mundial de Helsinki con los deberes hechos, y tras pasar a la final, protagonizó un extraño ataque a los 800 metros. Tan rara fue su maniobra, que le costó la condición de finalista (quedó noveno y hundido), y dejó perpleja a media humanidad atlética. Pero demostró que era un atleta de carácter, valiente e impredecible. Esta prueba se recordará siempre por su estocada en el 800, y no por la victoria de Ramzi. Norteamérica recuperaba así a un héroe que parecía perdido desde 2001, a pesar de que había seguido progresado lejos de los focos y las cámaras. Y es que resulta curioso que los yankis valoren más un cambio de ritmo suicida, que la colección de espléndidas medallas que se llevaron de la capital de Finlandia.

Aquí está la carrera de marras, y el 200 en 25 segundos que Webb, porque sí, se marcó a mitad prueba:

http://es.youtube.com/watch?v=vrybLjlBfDE&mode=related&search=

El 2006 no fue un buen año, pero Webb, en busca del más difícil todavía, se apuntó a la tradicional carrera de 10.000 metros de Palo Alto (USA), donde se han dado a conocer atletas como el propio Mebrahtom Keflezighi, que tiene el récord americano precisamente allí, con 27:13.98. ¿Qué hizo Webb nada más darse el pistoletazo de salida? Pues irse con los mejores, naturalmente, e incluso ponerse a tirar a partir de los 4.000 metros, tuteando a los más cualificados especialistas de su país. Ganó con 27:34.72. Aquí está el vídeo resumen de la prueba:

http://es.youtube.com/watch?v=dhMpqfIUOo0&mode=related&search=


Este verano, tras doblegar a un fatigado Lagat en los 1.500 metros de los trials USA, y correr los 800 metros en 1:45.80 en la reunión de Malmö, ha destrozado a Mehdi Baala en la Golden League, en el mismo corazón de París, con plusmarca personal incluida: 3:30.54, y demostrando que tiene un poderoso final:

http://es.youtube.com/watch?v=1BZvfkk7-5Y

He leído en una revista norteamericana que su entrenador pronostica que antes de dos años, Webb correrá cerca del récord del mundo de El Guerrouj. Yo no tengo una bola de cristal, y como tiendo a ser prudente, me lo creeré cuando lo vea. Puedo asegurar, no obstante, que si este pequeño mediofondista -una mezcla de Jordi Pujol y del personaje de Kuato en Desafío Total, y que además toca la guitarra en sus ratos libres-, puedo asegurar, digo, que si este pequeño mediofondista llega a la final de Osaka, el youtube va a echar chispas.